En la entrada anterior terminábamos referenciando a uno de los arquitectos más reconocidos y venerados del mundo, Antonio Gaudí.
Desde el Renacimiento hasta nuestros días: 176. El modernismo catalán. 3. (desdeelrenacimientohastanuestrosdias.blogspot.com)
Sin duda, un genio. Y hoy, probablemente, el artista/creador más famoso del modernismo catalán aunque, afortunadamente, no fue un caso aislado.
Dentro de las obras más destacadas en la arquitectura
modernista en Cataluña hay que mencionar, obligatoriamente, algunas de las realizadas por Lluís Doménech i Montaner (1) y por Josep Puig i Cadafalch (2).
Del primero la obra capital es, sin duda, el Palau
de la Música.
En esa obra, inaugurada en 1908 y sede del Orfeó Catalá, Doménech
logró un magnifico y personal exponente de arte modernista integrando múltiples artes:
escultura, mosaicos, vitrales, forja, pintura. Dentro de la sala destaca por méritos propios la boca del escenario ya que toda ella es una escultura que representa la cabalgata de las Valkirias a un lado y el busto de Beethoven al otro, realizados por Pau
Gargallo y Didac Massana. Admirables también las abundantes decoraciones en mosaico así como la espectacular lámpara central de la sala de conciertos realizada por Rigalt i Granell.
Pau Gargallo i Catalán - Viquipèdia, l'enciclopèdia lliure (wikipedia.org)
Dídac Masana i Majó - Viquipèdia, la enciclopedia libre (wikipedia.org)
Rigalt Granell y Cía. – Barcelona Modernista y Singular (modernismobarcelona.com)
Palau de la Música | Patrimonio Cultural. Generalitat de Cataluña. (gencat.cat)
Es importante resaltar que Doménech pudo contar con los mejores especialistas catalanes
para la realización de todos los ornamentos decorativos de sus construcciones y entre
ellos podemos señalar a escultores como Miquel Blay y Eusebi Arnau, forjadores como Germans y Lluís Badia, ceramistas como Sebastiá Ribó y Pujol i Bausis o especialistas en mosaicos de la talla de Lluís Bru (3). En este sentido, hay que reconocer
que los criterios de reivindicación de las artesanías que propiciaron los impulsores del
movimiento Arts & Crafts -y que fueron plenamente asumidos por los modernistas- obtuvieron espléndido eco en sus seguidores catalanes.
Al arquitecto Josep Puig i Cadafalch (4), discípulo de Doménech, se le considera el
último representante del modernismo y el primero del novecentismo.
Fue, además de
arquitecto, historiador, matemático y político (ejerció como presidente de la Mancomunidad de Cataluña entre 1917 y 1924).
Se puede señalar como una obra significativa, dentro del estilo que nos ocupa, la casa Amatller que podemos ver en la foto de
la página siguiente colindante a la conocida casa Batlló de Gaudí.
Puig y Cadafalch experimentó
una rápida evolución hacia un
idealismo racional dentro de
unas pautas más utilitaristas y
menos preciosistas. Como
ejemplo de ese estilo podemos mencionar la Casa Trinxet o la casa Muntadas.
Finalmente, este arquitecto se convirtió en representante de lo
que se ha convenido en llamar
estilo monumentalista, que
opta por una cierta referencia
al estilo clásico romano mezclado con toques regionalistas.
Hasta aquí nuestro breve recorrido por los elementos más representativos y conocidos
del modernismo catalán que, como hemos reseñado, tienen en la arquitectura su
exponente más preclaro pero, si la arquitectura brilla por méritos propios, no podemos
olvidarnos de la pintura, en donde encontraremos a un grupo de excelentes pintores
cuya obra, quizás, no ha alcanzado las cimas de popularidad que sin duda merece.
Veremos algunos de ellos en las próximas entradas de este blog.
-continuará-
Notas.
(1). “Como arquitecto Domènech realizó edificios en los que se combina una racionalidad estructural con elementos ornamentales extraordinarios, inspirados en las
corrientes arquitectónicas hispano-árabes y en las líneas curvas propias del modernismo. En el actual Museo de Zoología, construido originalmente como restaurante (Castillo de los Tres Dragones) con motivo de la Exposición Universal de 1888, Domènech utiliza estructura de hierro vista y cerámica, técnica que más tarde, en 1908, perfeccionaría en el Palacio de la Música Catalana. Este edificio, y los que proyectó posteriormente, incorporan una profusión de mosaicos, cerámica y vidrio policromados,
dispuestos con exquisita armonía, que les confieren un aspecto grandioso. Contrariamente a otros arquitectos del modernismo, Domènech tendió, con el paso del tiempo, a realizar edificios más ligeros, eliminando material en las estructuras pero manteniendo la ornamentación como elemento de primer orden. Su actuación política comenzó de muy joven. Miembro de La Joven Cataluña y del Centro Catalán, presidente
de la Liga de Cataluña (1888) y presidente de Unión Catalanista (1892), fue uno de los
organizadores de la asamblea que aprobó las Bases de Manresa, presidiendo la sesión inaugural. Ingresó en el Centro Nacional Catalán (1899) y más tarde en la Lliga
Regionalista (1901). Fue uno de los diputados triunfadores de la candidatura llamada
de los cuatro presidentes en 1901,siendo reelegido en 1903, hasta que en 1904, desencantado, abandonó la política para dedicarse a la investigación arqueológica
y a la Historia. Domènech i Montaner murió en Barcelona a los 73 años de edad”.
Referencia obtenida en:
(3): Lluís Bru: “Mosaicista (especialista en mosaicos):
Esta es la actividad a la cual dedicó una mayor atención. Ya
alrededor de 1900 tiene los primeros contactos con Lluís Domènech
i Montaner. Este ar-quitecto es quien, al parecer, lo orienta hacia la
realización de mosaicos. A esta actividad dedica básicamente su
primer taller de la Ronda Universidad (actualmente calle Enric
Granados).
En el año 1904, realiza un viaje de aprendizaje de la técnica del
mosaico a Italia.
Durante el Modernismo, Brú atiende normalmente los encargos de
grandes arquitectos que están destinados a sus importantes obras arquitectónicas
que se componen de grandes paneles decorativos en fachadas e interiores,
recubrimiento de columnas con espectaculares diseños en mosaico, espectaculares
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techos y suelos de grandes edificios públicos o privados, etc. En cambio cuando el
Noucentisme va sustituyendo al Modernismo como estilo hegemónico, Brú se adapta
a las nuevas corrientes realizando pequeños paneles, mobiliario, pavimentos de
mosaico romano y todo tipo de elementos decorativos. La labor de Brú tiene en esta
época un gran reconocimiento que extiende sus actividades no solamente a las suntuarias citadas, sino también a fábricas, tiendas y casas particulares, en un proceso de
gran difusión del mosaico como elemento decorativo. En el año 1911, Lluís Brú gana
una medalla de primera clase en la Exposición Internacional de Arte de Barcelona con
un hogar que representa a Sant Jordi, dibujado por el artista Josep Triadó. En la
Exposición Internacional de las artes decorativas de París de 1925, obtuvo la
Medalla de Oro, por la presentación de un surtidor decorado con mosaico.
Con varias alternativas originadas por las crisis económicas, especialmente la de
1929, el taller de Lluís Brú continuó trabajando en la realización y restauración de mosaicos, en obras tan importantes como la Iglesia de los Carmelitas de la Diagonal,
Sant Josep Oriol, el Templo del Tibi-dabo, etc., no solamente hasta la muerte de Lluís
Brú en el año 1952, sino que perdura hasta 1999, en que murió el último de sus descendientes.
Fuera de Catalunya, en Palma de Mallorca, Lluís Brú realizó los mosaicos de la Casa
Árabe. Por toda esta inmensa producción, Lluís Brú es considerado el mosaicista más
importante del Modernismo catalán”.
(4). Josep Puig i Cadafalch: “Arquitecto español, destacada figura de una de las
tendencias del modernismo catalán de finales del siglo XIX y principios del XX, que se
caracterizaba por la pasión por lo medieval y el empleo de elementos de tipo historicista para buscar la novedad y originalidad de una nueva época. En su primer edificio, el café Els Quatre Gats (Barcelona, 1897), muestra ya elementos que serán característicos de su obra, como la policromía estructural, el uso expresivo de técnicas
artesanales y las citas ornamentales. Son también interesantes la fábrica textil Casarramona o las salas de las bodegas Codorníu. Una de sus obras más representativas
es la casa Amatller en el paseo de Gracia (1900), rompedora, con su silueta y policromía, de la monumental monotonía del Plan Cerdà (al que se oponía apasionadamente). En ésta y en otros ejemplos, como la casa Macaya (1900) o la casa Quadres (1904), articula un esquema de tipología de palacio medieval en torno a un patio
del que parte la escalera a la planta principal. Además de otras construcciones interesantes, como la casa de Pich i Pou (1920) y la casa Casarramona (1923), son reconocidas sus intervenciones en edificios históricos como el Palau de la Generalitat (1914),
el monasterio de Sant Joan de las Abadesses (1915), las iglesias visigóticas de Tarrasa (1920) y su proyecto de ordenación de la plaza de Catalunya (1923). © M.E”
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