Suzanne Valadon fue una pintora francesa que sólo tardíamente ha recibido el reconocimiento que se merece aunque todavía sorprende que, en muchos manuales de fácil consulta y de divulgación, rara vez se la menciona.
Mujer inquieta e independiente a todos los niveles pronto se empapó del ambiente artístico del París de finales de siglo XIX. De camarera en un bar tan emblemático como el Lapin Agile (Cabaret de los Asesinos) a sugestiva modelo (de Degas -que fue el que la animó a pintar-, Lautrec, Renoir etc), amante de artistas, madre de un pintor (Maurice Utrillo) y pintora ella misma de gran calidad.
En definitiva: mientras muchas mujeres de su época todavía no habían empezado a modificar nada de su propia situación y consideración, sintiéndose cómodas en el papel de damiselas victorianas que les atribuía la sociedad del momento, la Valadon -también otras valientes, desde luego- no se anduvo con rodeos y forjó su particular camino como artista, mujer independiente y madre soltera. Ventajas de no pertenecer a la alta burguesía como señala muy acertadamente la escritora Ángeles Caso en la conferencia que adjunto un poco más abajo. Una vida dura pero más libre de cortapisas familiares y sociales.
Video de la Fundación Mapfre con Ángeles Caso en su faceta de historiadora del Arte
Retratos realizados a la Valadon por otros colegas.
Retrato de Valadon hecho por Lautrec.
Retrato realizado por Utrillo.
Retrato realizado por Santiago Rusiñol
Retrato hecho por Lautrec.
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Muchas mujeres, no solo ella, vivieron a la sombra de los artistas hombres a pesar de ser brillantes ( Camille Claudel fue en su época la pareja de y hermana de, a pesar de ser una gran escultora)
ResponderEliminarSupongo que no solo fue porque les gustara vivir como damiselas, sino porque era un mundo de hombres y no se las tomaba en serio ( incluidas el resto de las señoras, claro), cuando no se las tildaba de disolutas o marimachos, en fin, que hacía falta mucho empaque o mucho dinero para pasarse por el forro el qué dirían
L'histoire suivit son cours. Un soir, à la Butte Pinson, où il avait été envoyé par ses parents pour se refaire une santé secouée tellement à force de faire la noce qu'il s'était vu réformer au conseil de révision, Utter rencontre sur la route Utrillo incapable de regagner seul sa maison. Compatissant envers l'ivrogne, il le soutient jusqu'à sa porte où Suzanne Valadon, apprenant qu'il est peintre, lui fait un gentil accueil.
ResponderEliminarQuelque temps après, passant un matin rue Cortot, Utter est interpellé par une femme penchée à une fenêtre. Suzanne Valadon l'ayant reconnu l'invite à monter la rejoindre. C'était juste pour faire son portrait... puis elle le fit poser nu pour un " Adam " ! Ainsi Utter devint membre de la fameuse "trinité maudite" (Suzanne Valadon, Maurice Utrillo et André Utter) connue ensuite par ses excentricités autodestructives qui choquaient l'entourage.