Formado desde muy pequeño como pintor por parte de su familia (tanto su padre, el conocido pintor victoriano Thomas Francis Dicksee, como sus hermanos fueron también artistas), Frank Bernard Dicksee se inscribió con 17 años en la Royal Academy of Arts.
Adelantado a la estricta y mojigata moral de su época, propuso a los 20 años que se permitiera el estudio con modelos de carne y hueso a las mujeres que se preparaban en Bellas Artes..
Su estilo, sin ser plenamente prerrafaelita (es historicista en algunas ocasiones, romántico y victoriano en otras), muestra la misma devoción por temas míticos, históricos e inspirados por la literatura dramática.
Tuvo la fortuna de ser reconocido en vida como un artista de talento.
Sus obras -especialmente sus retratos- fueron muy demandas por sus coetáneos y recibieron muy buenas críticas por parte de los expertos del momento.
Sus obras -especialmente sus retratos- fueron muy demandas por sus coetáneos y recibieron muy buenas críticas por parte de los expertos del momento.
Aunque lejano a las vanguardias, su calidad técnica resulta indudable y su dominio de la puesta en escena -siempre con encanto y elegancia- le hacen merecedor de aprecio por los modernos coleccionistas.
En 1924 fue elegido presidente de la Academia.
En 1924 fue ordenado Caballero.
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