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viernes, 21 de noviembre de 2025

212. Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)

 

Pintor, poeta y dramaturgo queer, fascista y filonazi. Utilizó el seudónimo de Elisarion en la mayoría de sus escritos.

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)

Elisàr von Kupffer -nacido Ilja Viktorovitj von Kupffer el 20 de febrero de 1872 en Kovno (entonces Imperio ruso)- fue lo que se dice un personaje atípico.

 Pintor, escritor y pensador místico su vida osciló entre el idealismo estético, la búsqueda espiritual y ciertas posiciones políticas y culturales extremadamente conservadoras que, en los años treinta, lo llevaron a simpatizar con tesis fascistas e, incluso, con el régimen de Hitler.

Ciertamente, fue una figura compleja y muy contradictoria: un, por decirlo de alguna manera, utopista singular, pero también un ejemplo de cómo ciertos artistas de mentalidad aristocrática y decadente malinterpretaron el nacionalsocialismo como una forma de “renovación moral”, en unos tiempos en que las confrontaciones ideológicas eran extremas y violentas.

 Hoy es apreciado, a pesar de todo, en algunos círculos, como un pionero de la representación homo-erótica masculina y un proto-queer

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)."El nuevo pacto" (1915-1916).
"El nuevo pacto" (1915-1916).

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)
Von Kupffer con su compañero el historiador Eduard von Mayer.

Kupffer, proveniente de la nobleza báltico-germana, creció en un ambiente multilingüe y culto. Su infancia en Kovno —una ciudad marcada por tensiones nacionales y religiosas— le proporcionó un contacto prematuro con la complejidad cultural europea. A comienzos de los años 1880 su familia se trasladó a territorios alemanes, donde recibió una educación clásica que moldeó su gusto por el helenismo, la mitología y la idealización del cuerpo humano.

Precoz, muy pronto mostró talento para las artes y las letras. Estudió en San Petersburgo y Berlín, pero más que un alumno académico fue un autodidacta refinado que absorbió influencias del simbolismo, del neorromanticismo alemán y de lo que podríamos llamar estética mediterránea. En la década de 1890 adoptó el nombre “Elisàr”, que le parecía más acorde con su vocación espiritual y artística.

"El desarme" (1914).
"El desarme" (1914).

"El vendedor de pájaros" (1918).
"El vendedor de pájaros" (1918).

En 1891 conoció a Eduard von Mayer, un encuentro que resulto ser decisivo, fundamental, en la vida de Von Kupffer. Mayer, un intelectual místico y reflexivo, se convirtió en su compañero de vida y de pensamiento. 

Eduard von Mayer - Wikipedia

Elisarion: Eduard von Mayer

Juntos elaboraron una filosofía personal llamada Klarismus (“clarismo”), una especie de religión estética basada en la búsqueda de la luz interior, la armonía moral y la belleza como expresión de elevación espiritualEl Klarismus no fue tanto un movimiento organizado como, más bien, una cosmovisión íntima y bastante autorreferencial: hay un rechazo a la modernidad fragmentaria, una fe en un orden superior, una manifiesta idealización de la juventud y del cuerpo masculino como símbolo de pureza… Esta filosofía, con su toque arcádico, sería la fuente de inspiración de toda su obra pictórica.

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)
"La ascensión" (1911).

"La danza en el templo" (1918)

A partir de 1912, Kupffer y Mayer iniciaron un periplo viajero en el que se establecieron sucesivamente en Florencia, Capri y, finalmente, en Suiza. Italia (al igual que entre otros muchos artistas norteños) tuvo un impacto inmenso en su arte: su potente luz, la sensualidad del paisaje y la continuidad histórica entre lo clásico y lo contemporáneo le permitieron desarrollar un estilo caracterizado por: Desnudos masculinos idealizados, calmados y luminosos; una paleta de tonos claros y vibrantes, casi solar, que evocaba serenidad y plenitud; escenas arcádicas y ensoñadoras, repletas de bañistas, jóvenes héroes, divinidades menores y alegorías de diverso tipo; composiciones equilibradas, ajenas a la tensión y al drama.

En plena era de vanguardias rompedoras, Kupffer decidió seguir un camino intensamente propio, totalmente ajeno a los ismos de moda. Fue un tipo que rechazaba tanto el “ruido” de las vanguardias en voga como la rigideces del academicismo tradicional. Quería —literalmente— pintar un mundo luminoso que no existía.

"Las almas ante sus jueces" (1937).
"Las almas ante sus jueces" (1937).


Entre los años 1920 y 1930, ya instalados en Minusio (Suiza), Kupffer y Mayer dieron vida a su proyecto más ambicioso: el Sanctuarium Artis Elisarion. Más que un museo, era un espacio espiritual y artístico dedicado al Klarismus, con salas de lectura, espacios de meditación y, en el centro, un enorme ciclo pictórico circular titulado Klarwelt der Seligen” (“El mundo claro de los bienaventurados”).

Esta obra, una suerte de “cosmos pictórico”, rodeaba al espectador con escenas paradisíacas y figuras jóvenes en estado de perfección armoniosa. Era, en cierto modo, la Arcadia final de Elisàr, la culminación de una vida consagrada a la creación de una belleza que él consideraba redentora.

"San Sebastián".



"Autorretrato".

Aunque, aparentemente, su arte era apolítico, los años 1930 revelaron en Kupffer facetas ideológicas oscuras, documentadas hoy con claridad gracias a cartas privadas y anotaciones personales. La imagen edulcorada que durante décadas se construyó de él ha sido corregida por la investigación más reciente.

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)

Kupffer pertenecía a una generación aristocrática desencantada con la modernidad, que veía en la República de Weimar un periodo de caos moral, decadencia cultural y desorden social. 

Su rechazo visceral a muchas formas de arte moderno -que consideraba realmente feo e, incluso, destructivo y deshumanizado- lo llevó a asociarlo (como pasó de hecho con otros conservadores de su tiempo) con “influencias” que él interpretaba como extranjeras o desestabilizadoras. En diversas cartas y reflexiones escritas, Kupffer expresó ideas antisemitas hoy inaceptables para la gran mayoría social: acusaba a la crítica liberal y a las vanguardias de ser vehículos de “desorden cultural”  (cosa que, en parte, podría ser cierta en ese momento) y hablaba de una supuesta Verjudung (“judaización”) del arte alemán (que no sé exactamente en que podía traducirse ni detectarse). No fue un ideólogo nazi ni un militante, pero compartió prejuicios culturales y raciales comunes en ciertos círculos germanófilos conservadores de comienzos del siglo XX.

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)
"Uvas de Ticino"

Con la llegada del nacionalsocialismo al poder, Kupffer escribió varias cartas mostrando entusiasmo por Hitler y su “renacimiento alemán.  Aunque hoy nos resulta una figura terriblemente patética y destructora, el führer, ejerció verdadera fascinación de millones de sus contemporáneos y Von Kupffer no fue la excepción: Veía en él una figura fuerte que restauraba el orden y la moral -según su personal perspectiva-, y creyó que el nuevo régimen armonizaba con la búsqueda espiritual del Klarismus. Desde Suiza, y a través de fuentes selectivas, interpretó el régimen como un movimiento de regeneración y purificación cultural, sin comprender (o sin querer ver) su violencia y su maquinaria represiva.

Como es fácil de comprender, el nazismo, en realidad, jamás adoptó a Kupffer, porque su obra homoerótica, espiritualista y soñadora era incompatible con la moral sexual y el esteticismo muscular que imperaba en la imaginería del régimen. Fue, digamos, una simpatía unidireccional

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)

En sus últimos años, Kupffer vivió una existencia retirada y tranquila en Minusio (Suiza), dedicado a su Sanctuarium y cada vez más alejado de los movimientos culturales contemporáneos. Murió el 31 de octubre de 1942

Su compañero Mayer custodió su legado hasta 1960, tratando de preservar la memoria luminosa del artista y ocultando y destruyendo, en parte, sus sombras ideológicas.

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)

Tras su muerte, la obra de Kupffer cayó en un relativo silencio. Su carácter homoerótico dificultaba su exposición pública, y su estética utópica parecía anacrónica en la posguerra. Además, durante décadas, muchos estudiosos minimizaron o silenciaron sus simpatías políticas para salvaguardar su relevancia dentro de la cultura queer europeaA fines del siglo XX y comienzos del XXI, historiadores del arte y especialistas en cultura homosexual rescataron su figura y ha comenzado una prudente revalorización.

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)

Bajo el Signo de Libra: Elisar von Kupffer

Elisar von Kupffer - Repubblica e Cantone Ticino

Elisarion: Elisàr von Kupffer

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)


"Hora sagrada"

Elisàr von Kupffer (Estonia,1872-Suiza, 1942)
"El rapto".

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miércoles, 8 de octubre de 2025

211. Alfred Kubin (1877-1959).

Alfred Kubin nació el 10 de abril de 1877 en Leitmeritz, en la región de Bohemia (entonces parte del Imperio austrohúngaro y hoy de la República Checa).

Su infancia transcurrió entre un entorno familiar inestable y una relación difícil con su padre, un severo topógrafo militar. La temprana muerte de su madre, cuando él tenía tan solo diez años, marcó enormemente su sensibilidad y sería un motivo recurrente en sus creaciones artísticas: La presencia obsesiva de la muerte, lo espectral y lo reprimido constituyeron el núcleo esencial de muchas de sus obras.

Durante su adolescencia se trasladó a Salzburgo y más tarde a Innsbruck, ciudad en la que inició estudios secundarios sin lo que se dice “especial aplicación”.

En 1896 intentó ingresar en la Escuela Técnica de Fotografía de Viena, pero abandonó tras un intento de suicidio ese mismo año (episodio vital que él mismo describió como una experiencia de hundimiento total y despertar espiritual). A partir de entonces, decidió consagrarse al dibujo, convencido de que ese medio expresivo podía dar forma a su mundo interior de visiones y angustias.

En 1898 ingresó brevemente en la Academia de Bellas Artes de Múnich, aunque pronto rechazó la enseñanza académica tradicional. La capital bávara, en aquellos años, era un foco del Simbolismo y del Expresionismo incipiente, y allí encontró un entorno más receptivo a su sensibilidad. 

Desde el Renacimiento hasta nuestros días: Simbolismo. Índice.

Desde el Renacimiento hasta nuestros días: Expresionismo. Índice

Asistió con fascinación a exposiciones de artistas como Max Klinger, Edvard Munch, James Ensor y Félicien Rops, cuyas obras —mezcla de erotismo, muerte y delirio— influirían decisivamente en su estilo.

Desde el Renacimiento hasta nuestros días: 125. Max Klinger (1857-1920).

Ocio Inteligente: para vivir mejor: Autorretratos (5): Edward Munch (1863- 1944).

Durante su estancia en Múnich comenzó a desarrollar su lenguaje gráfico característico: dibujos en tinta o lápiz, de trazo nervioso y atmósfera onírica, en los que seres humanos, bestias híbridas y arquitecturas imposibles se combinan en visiones alucinadas. En 1901 realizó su primera exposición individual, que llamó la atención de círculos modernistas y simbolistas. 

Su obra fue pronto reconocida por su afinidad con la literatura fantástica y decadentista del fin de siglo.

En 1902 se casó con Hedwig Gründler, y ambos se establecieron en Zwickledt, una pequeña aldea de la Alta Austria, donde Kubin vivió el resto de su vida casi recluido, rodeado de libros y dibujos. En ese retiro bucólico, sin embargo, continuó produciendo imágenes dominadas por la ansiedad y la visión apocalíptica.

En 1909 publicó su única novela, Die andere Seite (El otro lado), un relato alegórico entre el sueño y la pesadilla, que narra la creación de un reino imaginario regido por las leyes del inconsciente. Ilustrado por el propio Kubin, el libro se considera una de las obras fundamentales del expresionismo literario alemán y un precedente directo del surrealismo. En su mezcla de utopía, delirio y catástrofe, la novela refleja la tensión entre el idealismo de fin de siglo y el colapso moral del mundo moderno.


Durante las décadas siguientes, Kubin se dedicó sobre todo a la ilustración de libros

Su estilo, sombrío y fantástico, resultaba ideal para acompañar obras de autores como E.T.A. Hoffmann, Edgar Allan Poe, Fyodor Dostoievski, Gustave Flaubert, Rimbaud, Henrik Ibsen o Alfred de Musset. Sus ilustraciones, minuciosas y obsesivas, dialogan con los textos sin limitarse a describirlos, sino que los reinterpretan visualmente desde su propio universo simbólico.

A partir de 1911 fue miembro del grupo Der Blaue Reiter, junto a Wassily Kandinsky, Franz Marc y Paul Klee, aunque su participación fue más teórica que activa. 
Su afinidad con el grupo se basaba en la idea de que el arte debía reflejar los mundos interiores, no la realidad exterior. 
Sin embargo, Kubin mantuvo una posición singular: mientras sus compañeros se orientaban hacia la abstracción, él siguió explorando el simbolismo figurativo, poblado de visiones de decadencia, metamorfosis y pesadillas urbanas.


El estallido de la Primera Guerra Mundial y el colapso del Imperio austrohúngaro acentuaron el tono sombrío de su obra. En los años veinte y treinta, Kubin alcanzó un reconocimiento importante como dibujante y grabador, exponiendo en Austria, Alemania y Suiza. Sin embargo, durante el régimen nazi su obra fue considerada “arte degenerado (Entartete Kunst), y muchas de sus piezas fueron retiradas de museos o destruidas.

A pesar de ello, continuó trabajando en su aislamiento en Zwickledt, donde sobrevivió tanto a la guerra como a los bombardeos, dedicándose al dibujo, la escritura y la lectura. 
Tras 1945, su figura fue lentamente rehabilitada, y se lo reconoció como precursor de la sensibilidad expresionista y surrealista.

La obra de Alfred Kubin se sitúa en el cruce entre el simbolismo fin de siècle y el expresionismo. Su imaginario, dominado por visiones nocturnas, criaturas híbridas, cuerpos deformes y arquitecturas en ruina, traduce una profunda inquietud metafísica: el arte como exploración del subconsciente y del mal. En lo técnico, su trazo ágil y su dominio de la línea recuerdan tanto a la tradición del grabado decimonónico (Goya, Klinger, Rops) como a las corrientes gráficas modernas (Ensor, Munch, Grosz).

Kubin anticipó, además, la estética del surrealismo y del expresionismo alemán, influyendo en artistas como Max Ernst, George Grosz o Alfred Hrdlicka. También ha sido reivindicado por la literatura fantástica centroeuropea (Kafka, Meyrink) como uno de sus parientes espirituales.

Murió el 20 de agosto de 1959 en Zwickledt, a los 82 años, dejando una obra compuesta por más de veinte mil dibujos, ilustraciones y grabados, además de su novela y numerosos escritos autobiográficos. Su legado se conserva principalmente en el Museo Landesgalerie de Linz y en colecciones austriacas y alemanas.

OÖ Landes-Kultur GmbH - ooekultur.at














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